He dividido este post en 4 partes, según los 4 estados por los que hemos pasado, principalmente porque no he encontrado un plano en el que aparezcan todos juntos, pero al menos será más fácil de seguir. Es un post largo, así que si te resulta pesado, leelo por capítulos, estado por estado. O vete al resumen del final del post.
Igualmente, por las circunstancias que rodearon el viaje, básicamente la improvisación, empezamos el viaje en Los Ángeles, California. Saltamos el charco hasta Nueva York por obra y gracia de Iberia (de la que hago publicidad como gratitud por los free que nos facilitaron,...). Una vez en Nueva York buscamos la combinación vuelo-hotel más barato tanto para el salto de ida como para el salto de vuelta entre Las Vegas, Los Ángeles y San Francisco, y la combinación ganadora fue ida por Los Ángeles (vuelo 130$ por cabeza) y vuelta por Las Vegas (150$).
CALIFORNIA
En el aeropuerto de Los Ángeles alquilamos un coche. Lo mejor de Los Ángeles es recorrer sus famosas calles y localizaciones: Sunset Boulevard, Mulholland Drive, Hollywood Boulevard, Beverly Hills, Melrose Avenue, Kodak Theater, Paseo de la Fama,...parece que estás en tu barrio. Pero francamente, no merece la pena. Lo único que se salva es el Disney Theater (que sí Betty, ya pongo que es de Frank Ghery, el del Guggemheim), porque el cartel es muy típico pero en España parecería un poco barriobajero:
Vamos, que lo dejamos visto en una mañana, y después de comer recorrimos la costa, por Santa Mónica, recorriendo las playas de Malibú hasta Santa Bárbara, donde pasamos la noche en el típico motel de carretera. A la mañana siguiente continuamos hasta Monterrey, en la bahía de Monterrey, que según unos paisanos era la bahía más profunda del mundo, uno de los mejores acuarios, y Cannery Street pero poco más reseñable. A la mañana siguiente, de nuevo carretera y manta hasta San Francisco. Yo pensaba que NYC era la ciudad más interesante de EEUU hasta que llegué a SF, que no tiene nada que envidiarla, con más encanto y menos estres. En resumidas cuentas: Golden Gate, sus calles, sus cuestas, Alcatraz, los atardeceres, su skyline,...
Cuatro días fantásticos, en un hotel genial al mismo precio que los moteles de carretera y restaurantes con comidas de buena calidad. Al quinto día nos cogimos nuestro Pontiac y pusimos rumbo a Yosemite, en torno a 300 millas. Impresionante. El único problema es que al final del verano escasea el agua y las cataratas estaban secas. Además estuvimos buscando a Yaki y Nuka, pero no vimos más que a un lejano familiar de los oseznos, muy guapo, eso sí. Merece la pena pasar varios días acampado y recorriendo a pie el parque, pero hay que elegir entre ver de corrido los parques en un solo viaje o hacer varios viajes dedicando cada uno a un parque distinto, cosa que para los europeos es difícil y caro:
A la salida continuamos hasta Lone Pine, el pueblo más próximo a Death Valley, donde pasamos la noche. Death Valley es un parque entre los estados de California y Utah, por el que si existiera una guerra sería más absurda que la de Perejil. Es árido y seco, famoso por la cantidad de caravanas que entraron pero no salieron, ya que el único agua que hay está en una zona que se llama Badwater, a 80 metros por debajo del nivel del mar y que es salada, ya que su origen es marino. Y es que si tiene algo son curiosidades, junto a uno de los puntos más bajos de la tierra, tiene la "paleta del artista" de tierras de distintos colores debido a la oxidación de los minerales que contiene, Zabrinski point donde se rodó la película homónima que aún no he visto, o superficies de sal por la desecación de ese mar prehistórico. Curioso pero feo:
NEVADA
Dejamos Death Valley por Nevada y nos dirigimos a Las Vegas, donde a golpe de talonario han intentado construir lo que Europa tiene por siglos de Historia, con resultados evidentemente muy distintos, aunque sí consigue dejarte boquiabierto cuando, por ejemplo, paseas por una Venecia montada dentro de un hotel (Venetian), con canal incluido pero de cielo falso. Conseguimos pasar una noche sin gastarnos un centavo, y al día siguiente tomamos las de Villadiego hacia los parques de Utah, territorio mormón
UTAH
El primer parque fue Zion Park, que tiene una zona con acceso restringido a vehículos privados, aunque hay autobuses gratuitos que lo recorren. Al igual que Yosemite y otros parques de los que hablaré más adelante, es para acampar varios días y recorrerlo detenidamente a pie, observando las paredes rojizas de sus cañones y sus formaciones rocosas. A parte del poco tiempo disponible, otro factor que nos afectó en éste y otros parques fue estación del año, ya que al ser octubre, la duración del día no era tan larga como nos gustaría y el sol iba bastante bajo, creando sol y sombras que desmejoraban considerablemente las fotos. A Zion llegamos a última hora de la tarde y con muy poco tiempo para visitarlo, pero suficiente para ver su belleza:
Salimos pitando hacia Panwitch esquivando ciervos dormidos para pasar la noche en el enésimo motel de carretera. Lo único que tiene de particular Panwitch es que está relativamente cerca de Bryce Canyon National Park, donde pasamos la mayor parte del día siguiente, ya que para nosotros es el parque más bonito de los que hemos visitado. Es un cañón muy amplio, donde lo más destacable es una zona que recuerda el recodo de un río con infinidad de agujas erosionadas por la climatología:
Una auténtica maravilla, también para dedicarle más tiempo y alguna pateada. La idea era dormir en el North Rim del Gran Cañón, pero buscando hotel vimos que el parque cerraba a partir de la segunda quincena de Octubre por lo que lo desechamos. Pero al salir del parque se nos ocurrió preguntar a los guias del parque de Bryce y nos dijeron que este año estaban probando a cerrar ya en noviembre, así que con 3 horas escasas para el ocaso salimos lanzados para, al menos ver el Cañón del Colorado desde la rivera norte. Conseguimos llegar cuando el único rastro de sol era la escasa luz que nos permitió contemplar la grandeza del Gran Cañón y sacar alguna foto. Aunque el lado más visitado y explotado es el sur merece la pena visitar también el lado norte porque tiene un paseo por el perfil del risco penetrando hacia el cañón, con unas vistas impresionantes. Además, hay que reseñar que las fallas que recorren el Gran Cañón han producido el hundimiento del la rivera sur, por lo que la norte es unos 500 metros más alta. A la salida del parque, ya noche cerrada, iniciamos la búsqueda de un nuevo motel de carretera, camino de la presa y el lago Powell. Lo encontramos en un "pueblo" a las puertas de la Nación Navajo, que sorprendentemente tenía buena comida americana y cervezas internacionales de todo el mundo menos de España. El lago Powell, que es más un embalse, está formado en uno de tantos cañones de esta región, en el que se ha construido una presa, y que necesitaron 7 años para que se llenara de agua. Pero está localizado en una zona árida con la escasa vegetación que sirve de comida a lagomorfos que a su vez sirven de comida a coyotes, y que la presencia de agua no consigue reducir su fealdad. Hay multitud de embarcaciones en alquiler, lo que hace pensar que navegar por sus múltiples recovecos puede llegar a ser la actividad más interesante. Pero si no se tiene tiempo suficiente para estar un día navegando por este extenso lago no merece la pena ni acercarse a verlo. Después de la construcción de la presa este territorio se cedió a la Nación Navajo, que ocupa parte de Utah y Arizona.
ARIZONA
En el límite entre Utah y Arizona se encuentra Monument Valley, que fue el primer parque al que llegamos después del lago Powell. Un nuevo parque árido y seco, que se ha hecho famoso porque sus paisajes se han usado en multitud de películas, y que puso de moda John Ford. Si pensáis en John Wayne ¿qué fondo le pondríais?
Realmente es bonito por las formaciones geológicas esculpidas por las inclemencias del tiempo. Merece la pena los 5$ que se pagan a los Navajo.
Ese día llegamos a Chinle para dormir y visitar al día siguiente el Cañón de Chelly. Es un cañón pequeño pero bonito, donde se han encontrado restos Anasazi, o indios Pueblo, conocidos por ser sedentarios, agricultores y ganaderos y construir pequeñas edificaciones, que desaparecieron misteriosamente en el siglo XIV y sus territorios fueron ocupados por tribus de Navajos, que recuerdan a los españoles por el triste honor de haberlos masacrado:
La siguiente parada fue en Petrified Forest, otro paisaje árido y feo, pero donde hace millones de años, en los primeros capítulos de "Erase una vez...", existía un bosque que fue sepultado por las cenizas de erupciones, seguido de riadas de arcilla y que durante años fue filtrando y depositando residuos minerales. Millones de años después la erosión del terreno fue dejando a la vista unos troncos mineralizados y supervitaminados, con aspecto de tronco y corazón rocoso:
Esa noche dormimos en los alrededores de Flagstaf, en un nuevo motel de carretera.
Al día siguiente llegamos al South Rim del Gran Cañón donde pasamos dos días, pero nuevamente nos hubiera gustado tener más tiempo para poder hacer rutas, sobre todo la que baja al lecho del río Colorado y al refugio que hay junto a éste. Es espectacular las dimensiones del cañón. Desde la rivera sur se puede contemplar las grietas que las fallas han producido en el terreno y en el antiguo lecho del río Colorado. Dejamos para una próxima vez sobrevolarlo en avioneta o helicóptero.
El amanecer del segundo día nos sorprendió con la mala noticia del accidente de Luis, por lo que el paisaje quedará siempre ligado al recuerdo de un amigo. El viaje acabó más de 300 millas después, en Las Vegas, habiendo recorrido más de 5.000 kilómetros en 15 días.
RESUMEN
En una clasificación rápida, en orden descendente de belleza, gana claramente Bryce Canyon, seguido de Yosemite y Grand Canyon. Después, Zion, Cañón de Chelly y Monument Valley. Finalmente, Petrified Forest. Y sin clasificar Death Valley.
Y de despedida, unas vueltas por la pista de hielo del Rockefeller Center de Nueva York:
Y de despedida, unas vueltas por la pista de hielo del Rockefeller Center de Nueva York:
