domingo, marzo 11, 2012

No hay 2 sin 3

Primero fue Tiago, el primogénito, después vino Deray, la princesita de la casa, y ayer sábado 10 de Marzo, Ioel, el peque.
Desde hace mucho tiempo, he presentido que iba a tener 3 hijos, dos niños y una niña, y se ha cumplido, salvo porque en mis predicciones la peque era la niña. Y eso si dentro de unos años no llega un escapado,...
Desde que Betty y yo empezamos a caminar en una misma dirección siempre pensamos en tener 3 hijos. Cuando nació Deray, no hace ahora ni 17 meses, el caos reinante en la República Independiente de Casa, nos hizo dudar de nuestras convicciones. Nos tomamos muy en serio la opción de quedarnos en 2. Pero, finalmente, llegamos a la conclusión de que conocemos a mucha gente que se han quedado con las ganas de un tercero, y a nadie que se arrepienta de tener 3 o más. Es más, miembros de familias numerosas siempre nos han contado lo maravilloso que es para los niños tener a tantos hermanos para compartir juegos, vivencias y recuerdos juntos, y para los padres ver como sus hijos disfrutan. Como padres, creo que han olvidado pronto, lo mal que se pasa cuando son tan peques. Lo bueno es que contamos con una extensa familia dispuesta a ayudar con los enanos.
El caso es que ayer llegó Ioel, y ya no hay marcha atrás, así que espero que todo vaya bien y que sobrevivamos a esto...