lunes, septiembre 27, 2010

Olympus E500

Hoy, este blog está de luto.
Mi cámara Olympus E500 ha sido afanada. Si bien es cierto que yo colaboré al depositar la bolsa, en la que descansaba junto a otras pertenencias, un tiempo prolongado en el suelo de una tienda, también es verdad que un amigo de lo extraño no tuvo reparos en colocarla en mejor sitio sin importarle si contenía una cámara, pañales sucios o un artefacto explosivo. Pero desde luego no fue para llevarla a objetos perdidos. Los hechos acaecieron en la tienda de la NBA de Nueva York, por lo que me extraña que haya sido un Yanqui, que ven un paquete abandonado y movilizan al ejercito. Eso, junto a que la tienda está llena de guiris, me hace sospechar que fue un españolito o descendiente del mono con un genoma homólogo al 99,999999% con el mío.
Para los que no la conocierais, es la cámara con la que he hecho la mayoría de las fotos de este blog.
Ni que decir tiene que ni tengo fotos ni ganas para hacer un post sobre nuestro viaje.
Junto a ella, Dios (por no decir el chorizo) se llevó también mis gafas de sol y mi iPod, entre otras cosas de menos entidad.
Que el chorizo la acoja en su seno, vamos que se la meta por el culo, para que le duela tanto como a mi su pérdida.
PD para el chorizo: Llevo una semana acordándome de la madre del topo, ¡cabrón!