Por supuesto, hicimos el recorrido de los clásicos salmantinos: que si un astronauta, que si un diablo con helado de cucurucho que si el "angelito", sin alas pero con sexo, que si la rana,... ¿Te lo vas creyendo Wlad? Menos fiesta y más turismo.
Rarra es como me llamaban cuando era pequeño, nombre que odiaba en aquella época y que ahora guardo con cariño. Mi verdadero nombre es Raúl. Provengo de los viñedos de la Villa de Madrid, de la cosecha del 75 y madurado en barrica de asfalto 100% matritense. El resto de mi vida privada lo contaré en plató por un buen precio.
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